Combinar elegancia al más puro estilo del rockabilly no es tarea sencilla y el californiano
Mr. Chris Isaak lo ejerce a la perfección.
De todo el mundo es sabido el talento en la composición y en la interpretación del
elegante “American Boy”, pero además tira de su talento de showman cada vez que se le
presenta la oportunidad.
Precisamente se pudo comprobar su excelente estado de forma tan pronto sonaron los
primeros acordes de “American Boy”, la primera canción que decidió interpretar junto
con sus “colegas de banda”, el batería Kenny Dale el talentoso guitarrista Hershel Yatovitz
y por el bajista Rowland Salley; ambos miembros de la banda Silvertone que acompaña a
Isaak desde tiempos muy lejanos (tal como indicó el propio Chris)
Eran las 22:15 horas y con su respetuosa puntualidad se inició el recorrido por las cuatro
décadas de carrera musical que acumula en su amplia espalda.
Haciendo gala de su gran sentido del humor y de sus ganas de compartir sus canciones
cara a cara con los asistentes, el artista interpretó “Here I Stand’ y “Don’t Leave On My
Own” mientras se ha paseado entre la audiencia, la que no desaprovechó la ocasión para
hacerse fotografías e incluso pedir autógrafos.
El mago Chris se había metido en el bolsillo a todo el público con tan solo unas pocas
canciones.
Las divertidas coreografías con sus amigos de su eterna banda acompañaron a ‘Put out
your hand’ ya de vuelta al escenario
Como no, “Wicked Game” provocó un vuelco al corazón de todos los que estuvimos
presentes, una canción totalmente atemporal que perdurará eternamente.
Una balada triste, llena de sensibilidad y sentimiento que narra lo complejo que puede
llegar a ser el amor y que David Lynch se encargó de incluirla en la banda sonora de “Wild
at Heart” allá por 1990.
Clásicos como ‘San Francisco Days’ o ‘Blue Hotel’, ha intercalado versiones de sus
admirados Orbison –‘Oh, Pretty Woman’ y Presley –‘Can’t help falling in love’-, que
ponían más dulce, aun si cabe, a toda la velada.
En un suspiro, pasamos de un formato eléctrico a un entorno más intimista, en el que
Chris Isaak volvió al escenario con su mitica Gibson J-200 con su nombre grabado en nacar
para interpretar con maestría temas tan bellos como “Forever Blue”, “Blue Spanish Sky”
y “Baby What You Want Me To do”.
Su gran amigo y compañero de carretera Rowland Salley, cogió el testigo del
protagonismo e interpretó su propia composición “Killing the Blues”, intercambiando su
bajo por la guitarra del propio Chris.
Nuevo cambio de guion durante el show, donde el californiano invitó a un buen puñado
de mujeres a subir al escenario para caldear aún más el ambiente al son de “Baby Did a
Bad Bad Thing”. No es necesario decir que las invitadas no dudaron ni un instante a la
invitación de este “american lover”.
Además de ser una super estrella, Chris es un tipo generoso y quedó demostrado en
ceder ahora el testigo del protagonismo a su talento guitarrista para interpretar “Live it
up”. El que se paseaba por la platea era el propio Hershel Yatovitz.
La guinda final tras más de veinte canciones y cerca de dos horas de show, llegó al son de
la balada “The Way Things Really Are”, en la que ha vuelto a presentar a su banda
orgulloso de seguir formando una familia eterna.
Chris, impoluto y elegante rompecorazones como siempre.
Gracias
Ben Marcus