El grupo mostró su cara más sensible en la presentación de su disco de despedida, ‘Hogar’, -dentro de la programación del Cruïlla Tardor-, en un Palau Sant Jordi con las entradas agotadas.
Izal fue el último artista que actuó en el Palau Sant Jordi antes del covid, en febrero de 2020, y volvió el pasado sábado para despedirse, después de 12 años, alegando inquietudes personales de los miembros del grupo.
Mikel Izal tuvo presente en todo momento que esa era su última vez (en Barcelona) dejándonos frases como: “Aquesta nit serà increïble”, y no faltó el humor recordándonos, por ejemplo, su primer directo en una sala de Madrid dónde acudieron solamente 13 personas, una amiga suya y sus 12 compañeros de curro.
De ahí al Sant Jordi, y con todas las entradas vendidas: “Gracias por regalarnos nuestro primer ‘sold out’ de la historia en el Palau Sant Jordi”.
No faltaron temas como ‘El baile’, ‘Qué bien’ (con Izal cantando camuflado entre el público) y ‘La mujer de verde’.
‘Copacabana’, ‘Autoterapia’ o ‘La increíble historia del hombre que podía volar pero no sabía cómo’, cantados todos de inicio a fin por la gran mayoría de público con los brazos en alto. De su último álbum sonaron 6 temas, no menos coreados.

La puesta en escena daba un aire acogedor, simulando el ‘Hogar’, con pantallas colgadas a modo de cuadros como en el comedor de tu casa, y la iluminación era perfecta danzando al ritmo de los estribillos.
El momento colosal fue cuando soltaron los confetti casi al final de ‘Qué bien’. Cada trocito de papel voló hasta llegar al rinconcito menos pensado del Palau Sant Jordi! Aquello era una fiesta!
La gente salía cantando del Palau aún media hora después de haber terminado el concierto. Contentos y agradecidos, aunque también se pudo escuchar entre sus fans más acérrimos que esperaban un directo más potente.
Probablemente les hubiera gustado oír algunos temas que faltaron en el repertorio.