La segunda jornada contó con Izal, Dani Fernández, Rozalén, y muchos más
‘La música nos salva’ ponía en la camiseta que llevó Rozalén en su concierto del Jardín de las Delicias. Y es que, ¿Qué sería de nosotros sin la música, sin esos directos que nos hacen saltar, bailar y cantar a pleno pulmón nuestras canciones favoritas?
Los festivales son de esas citas imprescindibles para cualquier amante de la música en directo.
Un encuentro perfecto para pasar el día disfrutando de buena música rodeado de amigos, comida y diversión.
Con el final del buen tiempo, llegan también las últimas jornadas y ha sido El Jardín de las Delicias el encargado de despedir el verano por todo lo alto.
Haciendo honor al cuadro más famoso de El Bosco, este festival reúne en un espacio de lo más idílico dos escenarios, un mercadillo, cientos de puestos de comida para todo tipo de gustos y un montón de espectáculos que hacen más ameno el día.
La celebración tuvo lugar los días 23 y 24 de septiembre en el campus de la Universidad Complutense de Madrid y batiendo el récord de los dos años anteriores, nada más y nada menos que 25000 personas con ganas de música, pero sobre todo de pasarlo bien.
Si hace unos años logró conquistar al público en su inauguración con las actuaciones de Hombres G, Sidecars y Beret, este año no sería menos. De hecho, ha sabido incluso cómo superarse.
Mientras que en su primer día contó con Pol 3,14, Taburete y Leiva, en la segunda jornada estuvieron Izal, Dani Fernández y Rozalén, entre otros.
Veintiuno fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a este segundo día del festival. La joven banda toledana no para de crecer y ya son asiduos a todo tipo de festivales, por lo que el Jardín de las Delicias no podía faltar.
Temas propios como Caramelo o versiones como Sebas, Guille y los demás, de Amaral, fueron las más cantadas por el público.
Álvaro de Luna y Nil Moliner fueron los siguientes en actuar y consiguieron ‘levantar el sol’ y abrazar la ‘libertad’, respectivamente, con su buen rollo y forma de disfrutar sobre el escenario.
Paralelamente, otros muchos artistas, quizás no tan conocidos por el gran público, tuvieron su oportunidad de dejarse descubrir en unos conciertos acústicos situados en el llamado Escenario Bosque. Aquí pudimos ver a Maren y Ainhoa Buitrago, entre otros.
Por su parte, Dani Fernández cantó sus mejores temas con el atardecer de fondo y esa pasión que tanto le caracteriza.
Y, por supuesto, también dejó tiempo para las sorpresas como las colaboraciones con Nil Moliner y Miss Cafeína, que fueron los siguientes en actuar.
Con unos visuales y escenografía muy cuidados, la banda madrileña no defraudó a nadie con su concierto.
Llegada la noche, los últimos en actuar fueron Rozalén e Izal, quizás los más esperados. La manchega continúa con su denuncia social a través de su gira El árbol y el bosque, mientras que Izal consiguió hacer temblar el Jardín con su pequeña gran revolución.
Tendremos que esperar al año que viene para descubrir con qué más nos sorprenderán.
Pero lo que está claro es que el Jardín de las Delicias ya se ha convertido en una fecha marcada en el calendario para pasar las últimas horas del verano escuchando buena música.